La paradoja de tener los mejores nombres y la peor delantera



A pesar de que cuenta con atacantes que brillan en las mejores ligas del mundo, Argentina es el equipo de Sudamérica al que más le cuesta convertir. 

Gonzalo Higuaín finalizó la pasada temporada como el quinto máximo goleador de la Serie A, con 24 tantos, en la que fue su primera temporada en una Juventus que le pagó casi 100 millones de euros a Napoli para contratarlo, luego de que en 2015/16 anotara 36 veces en 35 partidos: en los últimos dos años, el Pipita marcó 60 goles para sus clubes, solamente en el campeonato local. En las 15 fechas que llevan las Eliminatorias Sudamericanas, de las cuales jugó en nueve, marcó sólo una vez: su escaso rendimiento con la camiseta de la Selección argentina le valió quedarse afuera de la convocatoria de Jorge Sampaoli para las últimas cuatro fechas. 

Sergio Agüero fue el cuarto artillero de la pasada campaña de la Premier League, con 20 gritos. Desde su llegada a Manchester City, hace siete temporadas, marcó 176 tantos, para convertirse en el segundo goleador histórico en los 123 años de existencia del club. Con la camiseta albiceleste, en el camino a Rusia 2018 disputó 8 encuentros y todavía no anotó una sola vez. Por eso no había estado en la primera citación del nuevo entrenador para los amistosos en junio y no sumó minutos ni contra Uruguay ni contra Venezuela. Para colmo, un accidente automovilístico le provocó una fractura de costillas y ser desafectado de la última citación.

Los números del Pipita y el Kun representan a la perfección el crítico momento que atraviesa la Albiceleste , especialmente en lo que respecta al ataque. A pesar de contar con nombres que brillan en las ligas más importantes del mundo, el equipo que ahora comanda Sampaoli (y que también tuvo en el banco a Gerardo Martino y Edgardo Bauza durante el camino a Rusia) es el conjunto al que más le cuesta convertir goles en todo el continente: con 16 goles en igual cantidad de jornadas, Argentina es, junto a Bolivia, el que menos veces marcó (se cuentan los dos tantos que la FIFA le sacó al seleccionado del Altiplano por el Caso Cabrera). En otras palabras, la Albiceleste tiene los mismos gritos que un seleccionado que se quedó sin chances de clasificar a Rusia cuatro fechas antes del final de la Eliminatoria. 





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